Y hoy voy de boda (otra vez)

Y ya van nosecuántas este año, sumadas a una comunión y a un pseudobautizo del que me tuve que librar.
Os lo juro, me cansan las bodas; no me interpretéis mal, me gusta que mis colegas sean felices hasta que la muerte les separe pero no entiendo esta fiebre repentina. Sé que me van a leer y siento darles un mal dato: actualmente conozco más parejas separadas, divorciadas o en trámites de cualquiera de las dos anteriores que felizmente casadas. ¡Allá ellos!

Aún así soy y seré una persona muy positiva y les deseo toda la felicidad y todo el buen rollo del que soy capaz de transmitir a Teo y a Ana (y a Alejandra) : ¡Buen y largo viaje! Sed felices, por favor.

Y lo del por favor tiene una segunda intención, no me gustaría entrar por enésima vez en la disputa por los colegas entre los cónyuges, en los tira y afloja entre géneros y en el mal rollo general que se crea al disolver una pareja.

*Se aceptan comentarios de todo tipo excepto los que tengan que ver con mi vida privada, éstos, serán escuchados atacados ferozmente y con gran ingenio, contestados o borrados (siempre que mi intelecto no de más de sí)