El ajetreado viaje de Rajoy
Mal día ayer en París, la huelga de taxistas obligó a muchos a acercarse al aeropuerto en metro. Rajoy no tuvo esos problemas, tampoco tuvo que pasar el control de seguridad para embarcar en el avión que le traía de vuelta a Madrid. El comandante anuncia por megafonía que estaban a la espera de slot para despegar, se mueven y se paran. Las luces de las sirenas se ven claramente desde un lado del avión.
-Si ya te había dicho yo que éste es gafe y encima el Marichalar también va, otro... (murmura un pasajero)
Cuando bajan del avión se percatan que el piloto había aparcado pisando el césped que rodea las pistas -a coger otro avión a toda prisa que nos cierran el aeropuerto-
Esta vez Rajoy y sus acompañantes si deben pasar el control; Rajoy hace pitar un par de veces al arco de seguridad (será por que la cara dura debe ser metálica) pero el momento álgido es cuando uno del séquito abre su equipaje de mano y lleva un par de aerosoles de tamaño considerable. La cara del gendarme era un poema.
El avión aterrizó en Madrid de madrugada así que si hoy le veis cara de cansado a Rajoy no le echéis la culpa a los gabachos, es lo que tienen los pesimistas, que a veces aciertan.
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