Villaykorte en Radio Madrid
Mañana me entrevistan en Radio Madrid, me han dicho que problamente hablaremos de telemarketing y de Madrid y de política; en realidad no me han dicho de qué cojones vamos a hablar, son todo conjeturas mías.
La hora no está aún decidida pero me han asegurado que será entre las 12.20 y las 13.00. Yo preferiría un poco más tarde, cuando Tom Kallën entra en acción con Toni Garrido. Me sentiría más a gusto en una entrevista con los dos que me pareciera más una charla.
No tengo ni idea de lo que voy a contar o de lo que me van a preguntar, pero estoy seguro que será divertido para mí; espero quedar a la altura de Toni y Tom. Un colega me comentaba que alguien que tiene como jefe a Manel Fuentes en el CQC debe tener muchas tablas, no sé, yo tengo las tablas de un chico de barrio y espero que no sea una competición. Al fin y al cabo, van a hablar de lo que he escrito aquí, son mis pensamientos y nunca he renegado de ellos.
Es más, en mi paranoia por la entrevista, he buscado por internet sobre el libro que escribieron los dos juntos. He encontrado un pasaje en el que estuvieron en Los Arenales de Alicante cuando parecía una playa desierta. Yo, la penúltima vez que estuve allí escribí esto:
Día de playa
Un Audi A6 aparca al lado de nuestro coche, descienden un cincuentón barrigudo y una rubia pre-pago de unos veintipocos. El está totalmente fuera de sitio, se ha comprado toda la ropa del maniquí de la sección playera de El Corte Inglés. Ella en cambio de lo que se ha equivocado es de playa; pamela, gafas de sol cubriéndole la mitad de la cara y pareo conjuntado. No sé quién les habrá comentado que esta es una playa glamourosa, aunque a lo mejor él es el dueño del chiringuito -pienso-.
Abrimos el maletero y cogemos todos los bártulos. Todas las hormigas nos dirigimos en fila a buscar un buen sitio para mirarnos unos a otros durante un par de horas. Encima nuestro se instalan seis veinteañeros, dos chicos y cuatro chicas, dos parejas chico/a y otra chica/a. Llama la atención una morena en topless que no conoce a Newton, sus tetas tampoco.
Mi colega me comenta que está engordando mucho, siguiendo con la teoría de la gravedad reímos diciendo que por eso atraemos a tanta gente a nuestro alrededor. La realidad es más sencilla, somos tan vagos que nos hemos puesto en frente del chiringuito y una multitud de sombrillas alicatan la playa en esa zona.
- ¿Vamos a por unas cervezas?
El cincuentón ha hallado su ubicación ideal en el chiringo, una tumbona de cómodo aspecto con vistas al camino de madera que va de la playa al parking. La rubia pre-pago le colma de atenciones y cariños pero de reojo no deja de mirar a los windsurfistas que toman un Aquarius en la barra esperando que el viento haga su aparición.
El cincuentón estaría realmente blanco si no fuese por la maraña de pelo que cubre su cuerpo y por la cara roja, producto del calor y el alcohol a un 40-60 por ciento.
Somos medioalcohólicos, dos cervezas en la barra a medio beber y dos más para para nuestro cobijo sombrillero. Notamos cierta crispación en el cincuentón por las miradas a su pre-pago. (No lo podemos evitar, es realmente guapa)
Nos sentamos debajo de la sombrilla, la pareja lesbiana de los veinteañeros se besa apasionadamente, todo el mundo mira, yo miro a todo el mundo. A los tíos nos “ponen” las lesbianas, a las tías debe ser que también porque todas miran. El espectáculo está en la gente pero la gente cree que está en la pareja. Se lo comento a mi colega y disfrutamos con las reacciones de la gente más que con el beso lésbico. (Deben de estar muy enamoradas).
Me dice: “Entiendo el porqué les cuesta más salir del armario”, le contesto: “hay demasiada gente fuera del armario esperando a verlas”; nos volvemos a reir: “Tres días conmigo y acabábamos con tus problemas de grasa, la risa adelgaza” -más risas-
Su novia está a punto de cerrar la tienda de la que es dueña, tenemos que irnos, recogemos y de camino al parking vemos al cincuentón discutiendo encarecidamente con los windsurfistas -se veía venir- no tenemos tiempo para ver el desenlace, volvemos a Elche. Mi colega tendrá a su chica y yo tendré que buscarme una esta noche, o masturbarme plácidamente, ya os contaré.